Ondas cerebrales alfa beta delta y theta elevadas consecuencias

Ondas cerebrales alfa beta delta y theta elevadas consecuencias

Frecuencia theta

En 2001, la Organización Mundial de la Salud1 (OMS) informó de que unos 450 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de trastorno mental o afección cerebral, y que 1 de cada 4 personas cumplirá estos criterios en algún momento de su vida (Sayers, 2001). Estadísticas más recientes2 sugieren que, a nivel mundial, 300 millones de personas se ven afectadas por la depresión, 60 millones de personas padecen trastorno bipolar, 23 millones de personas se ven afectadas por la esquizofrenia, 1 de cada 160 niños padece el trastorno del espectro autista3 y entre el 5% y el 7% de los niños y adolescentes sufren el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH; Polanczyk et al., 2007). El diagnóstico de estos trastornos psiquiátricos suele realizarse mediante entrevistas clínicas estructuradas en torno a los sistemas de clasificación de diagnósticos del DSM-5 y la CIE-11. Estos criterios de diagnóstico se basan en grupos de síntomas autoinformados, y cada tipo de trastorno tiene su propio grupo de síntomas que pueden incluir alteraciones conductuales, cognitivas, afectivas o físicas. Por ejemplo, el diagnóstico del TDAH se centra principalmente en las quejas cognitivas y conductuales del niño o del adulto, mientras que el diagnóstico de los trastornos depresivos suele centrarse en las alteraciones del funcionamiento afectivo y físico del individuo.

Onda gamma

Los resultados del EEG cuantitativo se presentan como puntuaciones Z, que son desviaciones estándar de una muestra de registros del mapa cerebral de bases de datos de individuos sanos de edad similar. Las puntuaciones Z van de -3 a +3 en función del número de desviaciones estándar respecto a la normalidad. Las puntuaciones Z se colocan en los mapas cerebrales y se codifican por colores según la desviación positiva o negativa. Una puntuación de 0 representa la norma y se codifica en color verde, el rojo muestra una actividad excesiva (desviación positiva) y el azul muestra una actividad disminuida (desviación negativa). [imagen de ejemplo aquí]

La actividad de las ondas cerebrales se produce en un continuo de frecuencias de ondas lentas a rápidas. Para su medición, estas frecuencias de ondas cerebrales se separan en cinco categorías basadas en sus repeticiones por segundo (Hz) o ciclos por segundo (cps). Las bandas de frecuencia de las ondas cerebrales que se utilizan con fines clínicos son:

En un momento dado, todo el mundo tiene una mezcla de estas ondas cerebrales presentes en diferentes partes del cerebro. El factor importante para los psicólogos es asegurarse de que la actividad de las ondas cerebrales es la adecuada para el estado emocional o la función cognitiva.

Tabla de frecuencias de las ondas cerebrales

El entrenamiento con neurofeedback se basa en el principio del condicionamiento operante, que consiste en recompensar al individuo por inhibir ciertas ondas cerebrales y aumentar otras, en función de sus niveles de excitación cortical.    En la mayoría de los protocolos de entrenamiento de la NF se utiliza un estímulo auditivo o visual como refuerzo.

Algunas frecuencias de las ondas cerebrales son inhibidoras, mientras que otras son excitadoras.    Esto significa que la estimulación de ciertas bandas de ondas puede ser responsable de las características asociadas a la sobreexcitación (por ejemplo, inquietud, hiperactividad y sensación de agitación), mientras que otras conducen a características de infraexcitación (por ejemplo, falta de concentración, distracción y ensoñación).

Como se ha mencionado, las diferentes ondas cerebrales se asocian a diferentes estados.    Las ondas cerebrales se miden en hercios (Hz), ciclos por segundo, y pueden cambiar en una amplia gama de variables.    Cuando dominan las ondas cerebrales más lentas podemos sentirnos perezosos, desatentos y dispersos, y podemos sentirnos deprimidos o desarrollar insomnio.    Cuando abundan las frecuencias más altas, nos dedicamos al pensamiento crítico, a la hipervigilancia o a la ansiedad, pero también puede dar lugar a pesadillas, hipervigilancia y comportamiento impulsivo.

Onda theta

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Cuando grupos de neuronas se disparan juntos de una manera determinada para enviar señales a otros grupos de neuronas, los patrones resultantes se conocen como ondas cerebrales. Estos patrones eléctricos están asociados a diferentes tipos de actividad en el cerebro, así como a diferentes estados de conciencia.

Las ondas alfa suelen producirse cuando se realizan actividades como soñar despierto, meditar o practicar la atención plena. Las investigaciones sugieren que este tipo de ondas cerebrales puede desempeñar un papel en la reducción de los síntomas de la depresión y en la mejora de la creatividad.

Hay cinco tipos diferentes de ondas cerebrales. Las ondas cerebrales se miden con una herramienta conocida como electroencefalograma (EEG). La imagen que crea la herramienta retrata esta actividad eléctrica de una forma que se parece a las ondas.