Alimentos para mejorar la flora intestinal

Los peores alimentos para la salud intestinal

En el tracto digestivo viven miles de millones de bacterias que desempeñan un importante papel en la salud. Sin embargo, de las miles de especies de microbios que viven en el intestino, algunas son saludables para el organismo, mientras que otras no lo son.

Una dieta saludable basada en plantas mejora la salud y la diversidad de sus microbios intestinales, previniendo y tratando condiciones como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas y la inflamación asociada a las enfermedades autoinmunes.

Los prebióticos alimentan a las bacterias saludables. Entre las buenas fuentes de prebióticos se encuentran las alcachofas de Jerusalén, la raíz de achicoria, las hojas de diente de león crudas, los puerros, las cebollas, el ajo, los espárragos, el trigo integral, las espinacas, las judías, los plátanos, la avena y la soja.

Los probióticos son bacterias o levaduras vivas que se encuentran en los alimentos fermentados y que, cuando se consumen, se instalan en el intestino y mejoran la salud. Algunas fuentes saludables son el chucrut, el miso, el tempeh, el kimchi y el kéfir de agua.

¿Tienes el colesterol alto? ¿Problemas para perder peso? ¿Indigestión? Existe una sorprendente relación entre todos estos problemas de salud, y vive en su intestino. Aprenda más sobre las bacterias intestinales descargando nuestro libro electrónico gratuito. Rellene el siguiente formulario y haga clic en el enlace «descargar» después de hacer clic en enviar.

Lo que mata a las bacterias intestinales buenas

El yogur vivo es una excelente fuente de las llamadas bacterias amistosas, también conocidas como probióticos. Busque las versiones sin azúcar y con toda la grasa y añada su propia fruta para un sabroso desayuno. Las bebidas de yogur pueden contener un elevado número de bacterias beneficiosas para el intestino, mucho más de lo que se encuentra en un yogur normal.    Sin embargo, hay que tener en cuenta que pueden tener un alto contenido en azúcar.

Esta bebida de yogur probiótico se elabora mediante la fermentación de la leche y está repleta de bacterias buenas. Es originario de la región montañosa entre Asia y Europa, así como de Rusia y Asia Central. También es un buen complemento para los batidos y las sopas, o se puede utilizar como base para aderezar ensaladas (añadiendo zumo de limón y condimentos).

El miso se elabora a partir de habas de soja fermentadas, además de cebada o arroz, y contiene una serie de beneficios como bacterias y enzimas útiles. Se trata de una pasta salada que se utiliza en salsas, aderezos y sopas, y que también puede utilizarse como adobo para el salmón o el tofu. Es un alimento básico de la cocina japonesa y es adecuado si se evitan los productos lácteos. La investigación no está segura de que las bacterias lleguen efectivamente al intestino; sin embargo, en las regiones donde el miso es una fuente de alimentación básica, la población tiene una mejor salud intestinal y menos enfermedades intestinales.

Cómo aumentar las bacterias buenas en el intestino de forma natural

Los problemas digestivos, como los gases, el estreñimiento y la diarrea, afectan a millones de personas, y el 15 por ciento de los habitantes de los países occidentales sufre una forma grave de sensibilidad intestinal llamada síndrome del intestino irritable (SII).

En comparación con los carbohidratos refinados, como el pan blanco y la pasta, los cereales integrales aportan mucha fibra, así como nutrientes añadidos, como los ácidos grasos omega-3. Cuando las bacterias intestinales fermentan la fibra, producen ácidos grasos de cadena corta. Estas moléculas favorecen el buen funcionamiento de las células que recubren el colon, donde vive el 70% de nuestras células inmunitarias.

Las verduras de hoja verde, como las espinacas o la col rizada, son excelentes fuentes de fibra, así como de nutrientes como el folato, la vitamina C, la vitamina K y la vitamina A. Las investigaciones muestran que las verduras de hoja verde también contienen un tipo específico de azúcar que ayuda a alimentar el crecimiento de las bacterias intestinales saludables.

Si alguna vez te has dejado llevar por tu instinto a la hora de tomar una decisión o has sentido «mariposas en el estómago» cuando estás nervioso, es probable que estés recibiendo señales de una fuente inesperada: tu segundo cerebro. Escondido en las paredes del sistema digestivo, este «cerebro en el intestino» está revolucionando la comprensión de la medicina de los vínculos entre la digestión, el estado de ánimo, la salud e incluso la forma de pensar.

Lista de bacterias intestinales buenas

El microbioma intestinal es una vasta comunidad de billones de bacterias y hongos que habitan en todos los rincones del tracto gastrointestinal y tienen una gran influencia en el metabolismo, el peso corporal, la propensión a las enfermedades, el sistema inmunitario, el apetito y el estado de ánimo. Estos microbios viven principalmente en la parte inferior del intestino (el colon) y superan en número a todas las demás células del cuerpo juntas.

Conceptualmente, deberíamos considerar estos microbios como un órgano recién descubierto, que pesa un poco más que nuestro cerebro y es casi tan vital. Hay algunos órganos de los que podemos prescindir, como el bazo, la vesícula biliar, las amígdalas y el apéndice, pero no sobreviviríamos mucho tiempo sin nuestros microbios intestinales. Curiosamente, no hay dos microbiomas iguales: todos somos únicos. Y, más que nunca, estamos descubriendo lo importantes que son estos microbios.

Según las investigaciones, cuanto más rica y diversa sea la comunidad de microbios intestinales, menor será el riesgo de padecer enfermedades y alergias. Esto se ha demostrado en pruebas con animales y también en estudios con humanos que comparan la microbiota de personas con y sin determinadas enfermedades. Entre los ejemplos de trabajos recientes del King’s College de Londres figuran estudios sobre diabetes, obesidad, alergias y enfermedades inflamatorias como la colitis y la artritis.