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Cuadros de velazquez para niños
Actividades artísticas españolas
Tras dejar el taller de Herrera cuando tenía 12 años, Velázquez empezó a trabajar como aprendiz con Francisco Pacheco, un artista y maestro de Sevilla. Aunque se le consideraba un pintor generalmente aburrido y poco distinguido, Pacheco expresaba a veces un realismo sencillo y directo en contradicción con el estilo de Rafael que le habían enseñado. Velázquez permaneció en la escuela de Pacheco durante cinco años, estudiando la proporción y la perspectiva y siendo testigo de las tendencias en los círculos literarios y artísticos de Sevilla.
A principios de la década de 1620, su posición y reputación estaban aseguradas en Sevilla. En 1618, Velázquez se casó con Juana Pacheco (1 de junio de 1602-10 de agosto de 1660), la hija de su maestro. Le dio dos hijas, su única familia conocida. La menor, Ignacia de Silva Velázquez y Pacheco, murió en la infancia, mientras que la mayor, Francisca de Silva Velázquez y Pacheco (1619-1658), se casó con el pintor Juan Bautista Martínez del Mazo en la Iglesia de Santiago de Madrid el 21 de agosto de 1633.
Velázquez realizó otras obras notables en esta época. Los temas sagrados están representados en Adoración de los Reyes (1619, La Adoración de los Reyes Magos), y Jesús y los peregrinos de Emaús (1626, Cristo y los peregrinos de Emaús), que comienzan a expresar su realismo más punzante y cuidadoso.
Las meninaspintura de diego velázquez
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez[a] (bautizado el 6 de junio de 1599 – 6 de agosto de 1660) fue un pintor español, el principal artista de la corte del rey Felipe IV de España y Portugal, y del Siglo de Oro español. Fue un artista individualista del Barroco contemporáneo (c. 1600-1750). Comenzó a pintar en un estilo tenebrista preciso, desarrollando más tarde una manera más libre caracterizada por una pincelada audaz. Además de numerosas representaciones de escenas de importancia histórica y cultural, pintó decenas de retratos de la familia real española y de plebeyos, que culminaron en su obra maestra Las Meninas (1656).
La obra de Velázquez se convirtió en un modelo para los pintores realistas e impresionistas del siglo XIX. En el siglo XX, artistas como Pablo Picasso, Salvador Dalí y Francis Bacon rindieron homenaje a Velázquez reinterpretando algunas de sus imágenes más emblemáticas.
Velázquez nació en Sevilla, España, primer hijo de Juan Rodríguez de Silva, notario, y Jerónima Velázquez. Fue bautizado en la iglesia de San Pedro de Sevilla el domingo 6 de junio de 1599[5]. Sus abuelos paternos, Diogo da Silva y María Rodrigues, eran portugueses y se habían trasladado a Sevilla décadas antes. Cuando se le ofreció el título de caballero en 1658, alegó que descendía de la nobleza menor para poder optar a él; sin embargo, en realidad sus abuelos eran comerciantes y posiblemente conversos judíos[6][7][8][9].
Lección de arte en mosaico de gaudí
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Los niños tardaron en aparecer en los lienzos de los artistas, y las primeras representaciones pueden parecer bastante ineptas. A menudo, sus representaciones los muestran enredados en las relaciones políticas y sociales de su época, y están lejos de ser una fuente evidente de placer. La mayoría de las veces, sus imágenes inmortalizadas servían para fines políticos más que para evocar la ternura y el afecto.
Felipe Próspero tiene una mirada inteligente y un encanto todavía infantil. En el cuadro de Diego Velázquez, el príncipe de dos años lleva un vestido largo con un delantal -este tipo de atuendo lo llevaban niñas y niños entre los siglos XVI y XVIII-. Desgraciadamente, los preciosos amuletos que decoraban sus ropas no le ayudaron en nada: aquejado de anemia y epilepsia, Felipe no llegó a cumplir los cuatro años. El hecho de que parezca lleno de vida se debe a Velázquez, cuyo arte infundió tal sentimiento en un retrato ceremonial. Merece la pena comparar este cuadro con otro similar en muchos aspectos, pero unas décadas más antiguo: el retrato de la infancia de Luis XIV. El joven rey tiene un rostro regordete, pero ya viste de armiño y adopta una pose majestuosa. No se trata de pequeños retratos cariñosos, sino de emblemas de la estabilidad de la dinastía. Hace 300 años, los niños no se pintaban para conservar su encanto.
Arte con mati y dada matisse
Las Meninas es un cuadro de 1656, conservado en el Museo del Prado de Madrid, obra de Diego Velázquez, el principal artista del Siglo de Oro español. Su compleja y enigmática composición plantea cuestiones sobre la realidad y la ilusión, y crea una relación incierta entre el espectador y las figuras representadas. Debido a estas complejidades, Las Meninas ha sido una de las obras más analizadas de la pintura occidental.
Según F. J. Sánchez Cantón, el cuadro representa la cámara principal del Alcázar Real de Madrid durante el reinado del rey Felipe IV de España, y presenta varias figuras, la mayoría identificables de la corte española, captadas, según algunos comentaristas, en un momento concreto como si se tratara de una instantánea[b][2] Algunas miran fuera del lienzo hacia el espectador, mientras que otras interactúan entre sí. La infanta Margarita Teresa, de 5 años, está rodeada por su séquito de damas de honor, carabina, guardaespaldas, dos enanos y un perro. Justo detrás de ellos, Velázquez se retrata trabajando en un gran lienzo. Velázquez mira hacia fuera, más allá del espacio pictórico, hacia donde se situaría un espectador del cuadro[3] En el fondo hay un espejo que refleja la parte superior de los cuerpos del rey y la reina. Parecen estar situados fuera del espacio pictórico en una posición similar a la del espectador, aunque algunos estudiosos han especulado que su imagen es un reflejo del cuadro en el que Velázquez aparece trabajando.