Victimas de violencia de genero en españa

Historia de la violencia doméstica en españa

Parte de esa lucha incluye el combate para acabar con la violencia de género. «¡Basta de violencia de género!» «¡Basta de maltrato doméstico!» «¡No más violaciones!» Estos conocidos eslóganes se repiten con tanta frecuencia que empiezan a perder su significado; es decir, hasta que el nebuloso concepto de violencia contra las mujeres se convierte en números concretos, y recuerdas que cada una de las mujeres representadas por esos números es una mujer real. Tu madre. Tu hermana. Tu vecina. Tu amiga. Tu hija. Y si no es la tuya, la de alguien.

¿Has vivido la violencia de género en primera persona? Yo sí. Un novio me empujó contra una puerta con tanta fuerza que me abrió el labio. Dijo que fue «sólo una vez», que yo «me lo busqué al hacerle enfadar tanto». (Después ya no fue mi novio).

La Organización Mundial de la Salud dice que «las mujeres tienen más probabilidades de sufrir violencia de pareja si tienen un bajo nivel educativo, están expuestas a que sus madres sean maltratadas por su pareja, sufren abusos durante la infancia y tienen actitudes que aceptan la violencia, el privilegio masculino y la condición de subordinación de la mujer». Todo esto es estadísticamente cierto, pero nada de esto me describe. Sin embargo, ocurrió. La violencia puede ocurrir, «sólo una vez», a cualquiera, y algunas mujeres, por desgracia, se ven atrapadas en una posición en la que ocurre repetidamente.

Leyes de violencia doméstica en españa

El noble objetivo de la Fundación Ana Bella es construir una sociedad libre de violencia contra las mujeres. Una aplicación móvil o ‘App’ y una red de apoyo entre pares busca ayudar a las mujeres en España y posteriormente se extenderá a otros países de habla hispana.

El noble objetivo de la Fundación Ana Bella es construir una sociedad libre de violencia contra las mujeres. Una aplicación móvil o ‘App’ y una red de apoyo entre pares busca ayudar a las mujeres en España y posteriormente se extenderá a otros países de habla hispana.

Ana Bella Estévez es una superviviente de la violencia doméstica, pero no se define por sus experiencias problemáticas. Ahora es una de las principales emprendedoras sociales de España. En 2011, Ana Bella recibió una beca de la organización mundial de emprendedores Ashoka. A través de su Fundación, Ana Bella encabeza el movimiento de mujeres supervivientes del país y llega a 1.200 mujeres cada año. Al ofrecer un apoyo entre iguales basado en el principio de retratar testimonios positivos de supervivientes, Ana Bella está permitiendo que las mujeres maltratadas se empoderen como agentes de cambio social.

España violencia

En su primer informe de evaluación de la aplicación por parte de España del «Convenio de Estambul» del Consejo de Europa, el Grupo de Expertos en Acción contra la Violencia hacia las Mujeres y la Violencia Doméstica (GREVIO) reconoce el compromiso de las autoridades españolas en la lucha contra la violencia hacia las mujeres y los avances logrados, en particular en la lucha contra la violencia de pareja, pero pide que se preste más atención a otras formas de violencia de género.

El GREVIO destaca la sólida agenda de las autoridades españolas en el establecimiento de políticas para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y su papel pionero al adoptar en 2004 una ley integral sobre la violencia de pareja que incorpora un enfoque totalmente centrado en la víctima y que tiene en cuenta la naturaleza de género de este tipo de violencia.

La violencia de género en españa 2021

El 17 de diciembre de 1997, la conciencia pública sobre la violencia de género experimentó un cambio radical y duradero en España. Ese día, Ana Orantes, una mujer de 60 años, fue quemada viva por su ex marido, en el patio de su casa, después de hablar en la televisión, con toda naturalidad y sin derramar una lágrima, de las palizas, agresiones y humillaciones que había sufrido a manos de su marido durante sus 40 años de matrimonio.

Trece días antes, Ana había explicado en una tertulia de televisión cómo había presentado 15 denuncias contra él sin recibir nunca ninguna protección para ella ni para sus 11 hijos, y cómo, tras conseguir finalmente el divorcio, el juez la había obligado a compartir la misma casa que el hombre que la maltrataba, uno viviendo en el piso de arriba y el otro en el de abajo. Su ex marido hacía vida propia, había conocido a otra mujer, pero iba a menudo a la casa a ver a Ana, como hizo aquel día, después de haberla visto en la televisión, y la mató con el golpe de una cerilla y un bidón de gasolina.

Ana no recibió ningún tipo de protección, apoyo o recursos después de denunciar. No fue hasta que la asesinó que el marido de Ana ingresó en la cárcel, donde fue condenado a 17 años, pero murió en el hospital seis años después, tras sufrir un infarto en la prisión donde cumplía su condena.