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Animal mas parecido al hombre geneticamente
Similitud del adn humano
La genética evolutiva humana estudia en qué se diferencia un genoma humano de otro, el pasado evolutivo que dio lugar al genoma humano y sus efectos actuales. Las diferencias entre genomas tienen implicaciones y aplicaciones antropológicas, médicas, históricas y forenses. Los datos genéticos pueden aportar importantes conocimientos sobre la evolución humana.
Los biólogos clasifican a los humanos, junto con otras pocas especies, como grandes simios (especies de la familia Hominidae). Los Hominidae vivos incluyen dos especies distintas de chimpancé (el bonobo, Pan paniscus, y el chimpancé, Pan troglodytes), dos especies de gorila (el gorila occidental, Gorilla gorilla, y el gorila oriental, Gorilla graueri), y dos especies de orangután (el orangután de Borneo, Pongo pygmaeus, y el orangután de Sumatra, Pongo abelii). Los grandes simios con la familia Hylobatidae de los gibones forman la superfamilia Hominoidea de los simios.
Los simios, a su vez, pertenecen al orden de los primates (>400 especies), junto con los monos del Viejo Mundo, los del Nuevo Mundo y otros. Los datos del ADN mitocondrial (ADNmt) y del ADN nuclear (ADNn) indican que los primates pertenecen al grupo de los Euarchontoglires, junto con los Rodentia, Lagomorpha, Dermoptera y Scandentia[1].
Animales genéticamente similares a los humanos
Los humanos, los chimpancés, los gorilas, los orangutanes y sus antepasados extintos forman una familia de organismos conocida como Hominidae. Los investigadores suelen estar de acuerdo en que, entre los animales vivos de este grupo, los humanos son los más emparentados con los chimpancés, a juzgar por las comparaciones anatómicas y genéticas.
Si la vida es el resultado de la «descendencia con modificación», como dijo Charles Darwin, podemos intentar representar su historia como una especie de árbol genealógico derivado de estas características morfológicas y genéticas. Las puntas de dicho árbol muestran los organismos que están vivos en la actualidad. Los nodos del árbol denotan los ancestros comunes de todas las puntas conectadas a ese nodo. Los biólogos se refieren a estos nodos como el último ancestro común de un grupo de organismos, y todas las puntas que se conectan a un nodo concreto forman un clado. En el diagrama de los homínidos de la derecha, el clado designado por el nodo 2 incluye a los gorilas, los humanos y los chimpancés. Dentro de ese clado, el animal con el que los humanos comparten el ancestro común más reciente es el chimpancé.
El pariente más cercano a los humanos, además de los primates
En 1871 Charles Darwin conjeturó que los humanos estaban evolutivamente más cerca de los simios africanos que de cualquier otra especie viva. La reciente secuenciación de los genomas de gorilas, chimpancés y bonobos confirma esta suposición y ofrece una visión más clara de nuestra relación con ellos: los chimpancés y los bonobos, en particular, ocupan un lugar privilegiado como nuestros parientes vivos más cercanos, ya que comparten aproximadamente el 99% de nuestro ADN, mientras que los gorilas se quedan atrás con el 98%.
Sin embargo, esa pequeña porción de ADN que no compartimos marca una gran diferencia: nos da, por ejemplo, nuestra postura bípeda y la capacidad de planificar misiones a Marte. Los científicos aún no saben cómo afecta a la función de los genes la mayor parte del ADN que es exclusivamente nuestro. Pero pueden llevar a cabo análisis de todo el genoma, con resultados intrigantes. Por ejemplo, al comparar el 33% de nuestro genoma que codifica las proteínas con los genomas de nuestros parientes, se observa que, aunque la suma total de nuestras diferencias genéticas es pequeña, las diferencias individuales impregnan el genoma y afectan a cada uno de nuestros cromosomas de numerosas maneras.
El adn de los cerdos es el más parecido al de los humanos
Por ello, el ADN es especialmente importante en el estudio de la evolución. La cantidad de diferencia en el ADN es una prueba de la diferencia entre una especie y otra y, por tanto, de su grado de parentesco.
Independientemente de cómo se haga el cálculo, el punto principal sigue siendo que los humanos, los chimpancés y los bonobos están más estrechamente relacionados entre sí que cualquiera de ellos con los gorilas o cualquier otro primate. Desde la perspectiva de esta poderosa prueba de parentesco biológico, los humanos no sólo estamos emparentados con los grandes simios: somos uno. Las pruebas de ADN nos dejan una de las mayores sorpresas de la biología: el muro entre el ser humano, por un lado, y el simio o animal, por otro, ha sido traspasado. El árbol evolutivo humano está incrustado dentro de los grandes simios.
El ADN también demuestra que nuestra especie y los chimpancés divergen de un ancestro común que vivió hace entre 8 y 6 millones de años. El último ancestro común de monos y simios vivió hace unos 25 millones de años.