Síndrome de las piernas inquietas síntomas

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El síndrome de las piernas inquietas, o SPI, es un trastorno neurológico caracterizado por sensaciones desagradables en las piernas y un impulso incontrolable de moverse cuando se está en reposo en un esfuerzo por aliviar estas sensaciones. Las sensaciones del SPI se describen a menudo como ardor, arrastre o tirón, o como si los insectos se arrastraran dentro de las piernas.

Por lo general, estas sensaciones se producen en la pantorrilla, pero pueden percibirse en cualquier parte, desde el muslo hasta el tobillo. Puede afectar a una o a las dos piernas. Algunas personas pueden tener las sensaciones en los brazos. En el caso del SPI, se siente un impulso irresistible de mover la extremidad afectada cuando se producen las sensaciones. El movimiento suele aliviar brevemente las molestias de la extremidad.

Hasta una de cada 10 personas en EE.UU. puede padecer el SPI. La incidencia puede ser ligeramente mayor en las mujeres que en los demás. Aunque el síndrome puede comenzar a cualquier edad, incluso en la infancia, la mayoría de los pacientes gravemente afectados son de mediana edad o mayores. Además, la gravedad del trastorno parece aumentar con la edad. Los pacientes de mayor edad experimentan los síntomas con más frecuencia y durante más tiempo.

causas del síndrome de las piernas inquietas

El síndrome de las piernas inquietas (SPI) provoca una fuerte necesidad de mover las piernas. Las piernas se vuelven incómodas cuando se está acostado o sentado. Algunas personas lo describen como una sensación de arrastramiento, de hormigueo o de quemazón. Moverse hace que las piernas se sientan mejor, pero no por mucho tiempo. El SPI puede dificultar la conciliación del sueño y el mantenimiento del mismo.

En la mayoría de los casos, no se conoce la causa del SPI. En otros casos, el SPI está causado por una enfermedad o condición, como la anemia o el embarazo. Algunos medicamentos también pueden provocar un SPI temporal. La cafeína, el tabaco y el alcohol pueden empeorar los síntomas.

La mayoría de las personas que padecen el SPI tienen también una afección denominada trastorno de movimientos periódicos de las extremidades (PLMD). El PLMD es un trastorno en el que las piernas de una persona se mueven de forma incontrolada, normalmente durante el sueño. El PLMD y el SPI también pueden afectar a los brazos.

síndrome de las piernas inquietas: la nueva cura

Algunas personas tienen los síntomas del síndrome de las piernas inquietas ocasionalmente, mientras que otras los tienen todos los días. Los síntomas pueden variar de leves a graves. En los casos graves, el síndrome de las piernas inquietas puede ser muy angustioso y perturbar las actividades diarias de la persona.

Algunos neurólogos (especialistas en el tratamiento de enfermedades que afectan al sistema nervioso) creen que los síntomas del síndrome de las piernas inquietas pueden tener que ver con la forma en que el cuerpo maneja una sustancia química llamada dopamina. La dopamina interviene en el control del movimiento muscular y puede ser la responsable de los movimientos involuntarios de las piernas asociados al síndrome de las piernas inquietas.

También existe una relación entre el síndrome de las piernas inquietas y el embarazo. Alrededor de 1 de cada 5 mujeres embarazadas experimentará síntomas en los últimos tres meses de su embarazo, aunque no está claro el motivo exacto. En estos casos, el síndrome de las piernas inquietas suele desaparecer una vez que la mujer ha dado a luz.

Sin embargo, si se desconoce la causa, los síntomas pueden empeorar con el tiempo y afectar gravemente a la vida de la persona. El síndrome de las piernas inquietas no pone en peligro la vida, pero los casos graves pueden alterar gravemente el sueño (provocando insomnio) y desencadenar ansiedad y depresión.

sensación de incomodidad en las piernas

El síndrome de las piernas inquietas (SPI), también llamado enfermedad de Willis-Ekbom, provoca sensaciones desagradables o incómodas en las piernas y una necesidad irresistible de moverlas.    Los síntomas suelen aparecer a última hora de la tarde o al anochecer, y suelen ser más intensos por la noche, cuando la persona está descansando, por ejemplo, sentada o tumbada en la cama.    También pueden producirse cuando alguien está inactivo y sentado durante periodos prolongados (por ejemplo, al hacer un viaje en avión o ver una película).    Dado que los síntomas pueden aumentar su gravedad durante la noche, puede resultar difícil conciliar el sueño o volver a dormir después de despertarse.    Mover las piernas o caminar suele aliviar las molestias, pero las sensaciones suelen reaparecer una vez que se detiene el movimiento.    El SPI se clasifica como un trastorno del sueño, ya que los síntomas se desencadenan al descansar e intentar dormir, y como un trastorno del movimiento, ya que las personas se ven obligadas a mover las piernas para aliviar los síntomas.    Sin embargo, se caracteriza mejor como un trastorno neurológico sensorial con síntomas que se producen desde el propio cerebro.