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El programa de Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI) proporciona pagos mensuales a los adultos y niños con una discapacidad o ceguera que tienen ingresos y recursos por debajo de los límites financieros específicos. El SSI también se paga a las personas de 65 años o más sin discapacidades que cumplen con los requisitos financieros.
El SSI es un programa federal financiado con los ingresos fiscales generales (no con los impuestos de la Seguridad Social). Proporciona pagos mensuales para cubrir las necesidades básicas de alimentación, ropa y alojamiento. La cuantía federal básica mensual varía en función de su régimen de vida y de sus ingresos contables.
No todo el mundo recibe la misma cantidad. Puede recibir más si vive en un estado que añade dinero al pago federal de la SSI. Puede recibir menos si tiene otros ingresos como salarios, pensiones o prestaciones de la Seguridad Social. También puede recibir menos si alguien paga los gastos de su hogar o si vive con su cónyuge y éste tiene ingresos.
A efectos de la Seguridad Social, la «jubilación» se define como el momento en que usted decide comenzar a recibir prestaciones después de cumplir los 62 años, independientemente de que siga trabajando. A partir de los 62 años puede empezar a recibir prestaciones, siempre que haya acumulado los trimestres mínimos de cobertura requeridos (aunque pagará una penalización por jubilarse antes de su «plena edad de jubilación», una cifra que oscila entre los 65 y los 68 años y ocho meses, dependiendo de su año de nacimiento). No es necesario que deje de trabajar para tener derecho a recibir las prestaciones de jubilación de la Seguridad Social, aunque si aún no ha alcanzado su plena edad de jubilación sus prestaciones pueden verse reducidas en función de los ingresos que obtenga. Por el contrario, puede dejar de trabajar por completo y seguir aplazando el cobro de las prestaciones de jubilación de la Seguridad Social. Sin embargo, si deja de trabajar, sus ingresos medios a lo largo de su vida laboral pueden ser menores y esto puede dar lugar a una prestación reducida.
Es necesario planificar la posibilidad de que no podamos tomar nuestras propias decisiones médicas. Esto puede adoptar la forma de un poder de atención médica, una directiva médica, un testamento vital o una combinación de ellos.
El valor relativo de la prestación mínima especial de la Seguridad Social está disminuyendo, no proporciona una prestación completa igual al umbral de pobreza y cada año llega a menos beneficiarios. Los miembros del Congreso y otros responsables políticos clave han propuesto varios métodos para revisar la prestación mínima especial, ya sea como parte de una reforma más amplia de la Seguridad Social o como opciones políticas independientes. La mayoría de las nuevas opciones indexarían la prestación a los salarios, lo que ayudaría a garantizar su sostenibilidad en el futuro. Las opciones difieren en la definición de «año de cobertura», en el número de años de cobertura necesarios para tener derecho a un aumento de la prestación y en la cuantía del aumento total de la prestación. Estas opciones determinarán quiénes recibirán el aumento de las prestaciones y cuán adecuadas serán éstas.
Glenn Springstead, Kevin Whitman y Dave Shoffner trabajan en la Oficina de Política de Jubilación, Oficina de Política de Jubilación e Incapacidad, Administración de la Seguridad Social. Las preguntas sobre el análisis deben dirigirse a los autores al (202) 358-6234, (202) 358-6317 y (202) 358-6210, respectivamente.