Resistencia de las bacterias a los antibioticos

Cómo tratar las bacterias resistentes a los antibióticos

El problema más grave de la resistencia a los antibióticos es que algunas bacterias se han vuelto resistentes a casi todos los antibióticos fácilmente disponibles. Estas bacterias son capaces de causar graves enfermedades y esto supone un importante problema de salud pública. Algunos ejemplos importantes son: Formas de prevenir la resistencia a los antibióticos Las formas más importantes de prevenir la resistencia a los antibióticos son: Transmisión de bacterias resistentes a los antibióticos en los hospitales Las formas habituales de transmisión de bacterias de persona a persona son: Control de la infección en los hospitales Las precauciones estándar en los hospitales son prácticas de trabajo que proporcionan un nivel básico de control de la infección para la atención de todas las personas, independientemente de su diagnóstico o presunto estado de infección.

Estas precauciones deben seguirse en todos los hospitales y centros sanitarios e incluyen: La aplicación de las precauciones estándar minimiza el riesgo de transmisión de la infección de persona a persona, incluso en situaciones de alto riesgo. Precauciones adicionales con bacterias resistentes a los antibióticos Las precauciones adicionales se utilizan cuando se atiende a personas que se sabe o se sospecha que están infectadas o colonizadas por patógenos altamente infecciosos (microorganismos que causan enfermedades).

Artículos sobre la resistencia a los antibióticos

Las infecciones causadas por gérmenes resistentes a los antibióticos son difíciles, y a veces imposibles, de tratar. En la mayoría de los casos, las infecciones resistentes a los antibióticos requieren estancias hospitalarias prolongadas, visitas médicas de seguimiento adicionales y alternativas costosas y tóxicas.

La resistencia a los antibióticos tiene el potencial de afectar a las personas en cualquier etapa de la vida, así como a las industrias sanitaria, veterinaria y agrícola, lo que la convierte en uno de los problemas de salud pública más urgentes del mundo.

Nadie puede evitar por completo el riesgo de infecciones resistentes, pero algunas personas corren más riesgo que otras (por ejemplo, las personas con enfermedades crónicas). Si los antibióticos pierden su eficacia, perdemos la capacidad de tratar las infecciones y controlar las amenazas para la salud pública.

Muchos avances médicos dependen de la capacidad de combatir las infecciones mediante el uso de antibióticos, como las prótesis articulares, los trasplantes de órganos, la terapia del cáncer y el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes, el asma y la artritis reumatoide.

La penicilina, el primer antibiótico comercializado, fue descubierta en 1928 por Alexander Fleming. Desde entonces, los descubrimientos y el reconocimiento de la resistencia han ido acompañados del descubrimiento de nuevos antibióticos. De hecho, los gérmenes siempre buscarán formas de sobrevivir y resistir a los nuevos medicamentos. Cada vez más, los gérmenes comparten su resistencia con otros, lo que hace que sea más difícil seguirles el ritmo.

Cómo se vuelven las bacterias resistentes a los antibióticos

Los antibióticos, también conocidos como fármacos antimicrobianos, son medicamentos que pueden matar o inhibir el crecimiento de las bacterias para curar infecciones en personas, animales y, a veces, plantas. Las bacterias tienen resistencia a los antibióticos cuando determinados antibióticos han perdido su capacidad de matar o detener el crecimiento de las bacterias. Algunas bacterias son naturalmente resistentes a ciertos antibióticos (resistencia intrínseca o inherente). Un problema más preocupante es cuando algunas bacterias, que normalmente son susceptibles a los antibióticos, se vuelven resistentes como resultado de cambios genéticos (resistencia adquirida). Las bacterias resistentes sobreviven en presencia del antibiótico y siguen multiplicándose, provocando una enfermedad más prolongada o incluso la muerte. Las infecciones causadas por bacterias resistentes pueden requerir más cuidados, así como antibióticos alternativos y más caros, que pueden tener efectos secundarios más graves. Más información en las hojas informativas sobre la resistencia a los antimicrobianos

La resistencia de Escherichia coli a los principales antibióticos está aumentando en casi todos los países de Europa. E. coli provoca infecciones del tracto urinario y otras más graves, y es una de las bacterias más comunes que causan infecciones.

Cómo se produce la resistencia a los antibióticos

Pruebas de resistencia a los antibióticos: Las bacterias se colocan en platos con discos blancos, cada uno impregnado con un antibiótico diferente. Los anillos claros, como los de la izquierda, muestran que las bacterias no han crecido, lo que indica que estas bacterias no son resistentes. Las bacterias de la derecha son totalmente resistentes a todos los antibióticos probados, excepto a dos[1].

La resistencia a los antimicrobianos (AMR) se produce cuando los microbios desarrollan mecanismos que les protegen de los efectos de los antimicrobianos[2] La resistencia a los antibióticos es un subconjunto de la AMR, que se aplica específicamente a las bacterias que se vuelven resistentes a los antibióticos[2] Las infecciones causadas por microbios resistentes son más difíciles de tratar, ya que requieren dosis más altas de medicamentos antimicrobianos, o medicamentos alternativos que pueden resultar más tóxicos. Estos enfoques también pueden ser más caros. Los microbios resistentes a múltiples antimicrobianos se denominan multirresistentes (MDR).

Todas las clases de microbios pueden desarrollar resistencia. Los hongos desarrollan resistencia a los antifúngicos. Los virus desarrollan resistencia antiviral. Los protozoos desarrollan resistencia a los antiprotozoos, y las bacterias evolucionan hacia la resistencia a los antibióticos. Las bacterias consideradas ampliamente resistentes a los fármacos (XDR) o totalmente resistentes a los fármacos (TDR) se denominan a veces «superbacterias»[3] La resistencia en las bacterias puede surgir de forma natural por mutación genética o porque una especie adquiere la resistencia de otra[4] La resistencia puede aparecer de forma espontánea debido a mutaciones aleatorias. Sin embargo, el uso prolongado de antimicrobianos parece fomentar la selección de mutaciones que pueden hacer que los antimicrobianos sean ineficaces.