El derecho de las naciones a la autodeterminación

Marxismo & nacionalismo

Como se verá en este capítulo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha hecho varias declaraciones relativas a la autodeterminación; la postura de la ONU sobre la autodeterminación puede parecer algo contradictoria en ocasiones, expresando su apoyo en varios momentos tanto a la autodeterminación como a la integridad territorial (la inviolabilidad de las fronteras). A pesar de esta ambigüedad, la posición de la ONU sobre la secesión y su posterior reconocimiento es especialmente importante, ya que la comunidad internacional considera que la adhesión a la ONU equivale a un reconocimiento casi universal. Para convertirse en miembro, un Estado debe ser reconocido por al menos dos tercios[1] de los miembros existentes tras obtener la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que implica que cuenta con el reconocimiento de las principales potencias mundiales, es decir, los miembros permanentes (P-5) (ONU 2019).

El capítulo investiga si la postura de la ONU sobre la autodeterminación y la secesión la convierte en amiga o enemiga de la autodeterminación en el contexto de los Estados fallidos. El propósito de este capítulo es analizar el equilibrio de legitimidad entre los secesionistas y el Estado matriz, dado el argumento de que un Estado fallido tiene un déficit de legitimidad, y analizar la postura de la ONU desde una perspectiva tanto ética como práctica a la luz de esto. En primer lugar, se considera cuál podría ser la postura de la ONU sobre la autodeterminación y, a continuación, se introduce el concepto de fracaso del Estado, al tiempo que se señala cómo encaja la secesión de un Estado fracasado en la postura de la ONU. Por último, se examinarán dos casos reales de secesión de Estados fallidos: la secesión de Sudán del Sur, que se convirtió en miembro de la ONU, y la secesión de facto de Somalilandia, que hasta ahora no se ha adherido a la ONU. Esto permitirá al capítulo determinar si la postura de la ONU la convierte en amiga o enemiga de la autodeterminación en este contexto particular.

El intercomunismo revolucionario y el derecho de los pueblos a la autodeterminación

El derecho de un pueblo a la autodeterminación es un principio cardinal en el derecho internacional moderno (comúnmente considerado como una norma de ius cogens), vinculante, como tal, para las Naciones Unidas como interpretación autorizada de las normas de la Carta[1][2] Establece que los pueblos, sobre la base del respeto al principio de igualdad de derechos y de la justa igualdad de oportunidades, tienen derecho a elegir libremente su soberanía y su estatus político internacional sin interferencias[3].

El concepto se expresó por primera vez en la década de 1860, y se extendió rápidamente después[4][5] Durante y después de la Primera Guerra Mundial, el principio fue fomentado tanto por el primer ministro soviético Vladimir Lenin como por el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson[4][5] Tras anunciar sus Catorce Puntos el 8 de enero de 1918, el 11 de febrero de 1918 Wilson declaró: «Las aspiraciones nacionales deben ser respetadas; los pueblos sólo pueden ser dominados y gobernados por su propio consentimiento. La ‘autodeterminación’ no es una mera frase; es un principio imperativo de acción»[6].

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El derecho de las naciones a la autodeterminación lenin

Artículo 1 de ambos Pactos | Un derecho de los pueblos y no de los individuos | La autodeterminación y el pueblo australiano | La autodeterminación y los primeros pueblos de Australia | Escrutinio internacional | Más información | Comentarios

El derecho a la autodeterminación está recogido en el artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

El Comité de Derechos Humanos se ha negado a examinar denuncias individuales sobre este derecho en virtud del Primer Protocolo Facultativo del PIDCP. Sin embargo, es posible que, en un caso apropiado, una organización o un individuo pueda presentar una queja ante la Comisión Australiana de Derechos Humanos en relación con el respeto o la protección de este derecho.

El derecho a la autodeterminación, junto con los derechos reconocidos en el artículo 25 del PIDCP, también puede considerarse relevante para las cuestiones de un gobierno abierto y responsable y para garantizar la consulta y la participación adecuada en la toma de decisiones de las personas afectadas por las decisiones del gobierno.

Derecho a la autodeterminación filipinas

«Convencidos de que el sometimiento de los pueblos a la subyugación, la dominación y la explotación extranjeras constituye un obstáculo importante para la promoción de la paz y la seguridad internacionales, Convencidos de que el principio de igualdad de derechos y de autodeterminación de los pueblos constituye una contribución importante al derecho internacional contemporáneo, y de que su aplicación efectiva es de suma importancia para la promoción de relaciones amistosas entre los Estados, basadas en el respeto del principio de igualdad soberana…»

La sección sobre el principio de igualdad de derechos y de autodeterminación de los pueblos desarrolla lo que implica este derecho en el sistema internacional contemporáneo. Este pasaje se considera una fuente autorizada para explicar el significado fundamental y la aplicación de la autodeterminación:

«En virtud del principio de igualdad de derechos y de autodeterminación de los pueblos consagrado en la Carta, todos los pueblos tienen derecho a determinar libremente, sin injerencia externa, su condición política y a proseguir su desarrollo económico, social y cultural, y todo Estado tiene el deber de respetar este derecho de conformidad con las disposiciones de la Carta.»