La organizacion territorial de españa

La organizacion territorial de españa

aragón

3El final del siglo XIX es un periodo histórico muy importante para Cataluña. Durante la última parte del siglo XIX, el movimiento nacionalista catalán adquiere una importancia creciente dentro de los círculos culturales y políticos. Hay que decir que Cataluña, como nación sin Estado, siempre ha sido un territorio muy conflictivo para el Estado español, ya que mantiene su propia lengua, sus instituciones e incluso sus propias leyes civiles.

4El papel de la geografía en la construcción de una identidad nacional ha sido ampliamente estudiado dentro de los estados-nación. Sin embargo, el papel de la geografía en la recuperación de una identidad nacional en una nación sin Estado, como es el caso de Cataluña, es menos conocido. La educación, la cultura o los discursos de relaciones internacionales y de defensa son herramientas importantes utilizadas por el aparato estatal para aumentar y reforzar una determinada visión de la identidad nacional. El desarrollo de la geografía catalana a principios del siglo XX se desarrolló para rebatir una determinada visión excluyente de la identidad española desarrollada por el gobierno de Madrid. Mientras que la geografía española se desarrolló para apoyar al aparato estatal, como en Francia o el Reino Unido, la geografía catalana se desarrolló a partir de ciertos círculos dinámicos de la sociedad civil catalana. La geografía adquirió una importancia creciente en tres ámbitos en Cataluña: los movimientos de renovación pedagógica en la educación; el movimiento excursionista, y el debate en la organización del territorio.

país vasco

La división política del Reino de España está definida en la Parte VIII de la Constitución española de 1978, que establece tres niveles de organización territorial: municipios, provincias y comunidades autónomas,[1] constituyendo el primer grupo las subdivisiones del segundo, y el segundo las subdivisiones del último. El Estado[2] garantiza la realización del principio de solidaridad procurando establecer un equilibrio económico entre las distintas zonas del territorio español[2].

Las comunidades autónomas se constituyeron en ejercicio del derecho a la autonomía o autogobierno que la Constitución garantiza a las nacionalidades y regiones de España,[3] al tiempo que declara la indisoluble unidad de la nación española. [4] Las comunidades autónomas gozan de una forma de organización territorial muy descentralizada, pero basada en la desconcentración, por lo que España no es una federación,[5] ya que el Estado es superior a las comunidades y conserva la plena soberanía[5] A falta de una definición explícita en la Constitución, el Tribunal Constitucional de España ha calificado este modelo de organización territorial como «Estado de las Comunidades Autónomas», para no dar a entender ningún modelo concreto[5].

mapa de las comunidades autónomas de españa

España es un Estado unitario con un gobierno de monarquía parlamentaria. Territorialmente se organiza a través de tres niveles de poder que se organizan por el principio de competencia, no existiendo un orden jerárquico entre ellos: Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales. Todas estas entidades gozan de autonomía de gestión de sus respectivos intereses. ( Título VIII, Cap. 1, Art. 137, Constitución Española)

Candidatura única para los alcaldes y múltiple para los concejales. Cada municipio constituye una circunscripción en la que se elige el número de concejales que resulta de la aplicación de la siguiente escala (Art. 179, Ley 5/1985)

A partir de 100.001, un concejal por más de 100.000 vecinos o fracción, añadiendo uno más cuando el resultado sea un número par. La escala indicada en el párrafo anterior no se aplica a los municipios que, de acuerdo con la legislación de régimen local, funcionan según un concejo abierto. En estos municipios, el electorado elige directamente al alcalde mediante un sistema mayoritario.

wikipedia

La Constitución reconoce los derechos de las «regiones y nacionalidades» al autogobierno y declara que «la República es un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y Regiones».

Las colonias del Sáhara español (o África Occidental española) y Guinea española se organizaron en provincias, municipios y territorios. Un Comisario General, nombrado por el Gobierno, ejercía toda la autoridad política y administrativa, y era asesorado por un Consejo Ultramarino elegido.

Las Juntas Provinciales de Andalucía y Galicia elaboraban y hacían aprobar por Asambleas de Concejales sus proyectos de Estatutos de Autonomía. Estos fueron modificados y votados por las Cortes.

Las crecientes demandas de regionalismo y nacionalismo y alguna forma de autogobierno para los territorios africanos fueron atendidas en el Pacto de Autonomías que rediseñó la administración territorial de España. El Pacto de Autonomías estableció que el resto de las provincias se constituirían como regiones autónomas, pero con competencias limitadas respecto a las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco, Galicia) y seguirían el modelo de Andalucía de tener un referéndum para aprobar o rechazar la iniciativa y la elección de Asambleas de Concejales.