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Rehabilitación fractura de tibia y peroné con clavo intramedular
protocolo de rehabilitación de la tibia y el peroné
La tibia es la espinilla, el mayor de los dos huesos de la parte inferior de la pierna. La parte superior de la tibia se conecta a la articulación de la rodilla y la parte inferior se conecta a la articulación del tobillo. Aunque este hueso soporta la mayor parte del peso del cuerpo, sigue necesitando el apoyo del peroné.
El peroné, a veces llamado hueso de la pantorrilla, es más pequeño que la tibia y corre a su lado. El extremo superior del peroné se encuentra debajo de la articulación de la rodilla, pero no forma parte de la articulación en sí. El extremo inferior del peroné forma la parte exterior de la articulación del tobillo. El peroné ayuda a estabilizar la tibia pero no soporta mucho peso.
Aunque la tibia y el peroné pueden romperse independientemente el uno del otro, al estar tan juntos es más frecuente que ambos huesos se rompan juntos. Esto se denomina fractura combinada de tibia y peroné.
Después de que el médico haya corregido la posición de los huesos rotos, una radiografía también puede ayudar a confirmar que los huesos están bien alineados. En las citas de seguimiento, las radiografías pueden ayudar al médico de su hijo a ver si los huesos se están curando correctamente.
protocolo de fisioterapia para clavos intramedulares en la tibia
ResumenEl enclavado intramedular con bloqueo estático y fresado sigue siendo el tratamiento estándar para las fracturas desplazadas de la tibia. Establecer un punto de partida adecuado es una parte crucial del procedimiento quirúrgico. Recientemente, se ha sugerido que el enclavado suprapatelar en posición semiextendida es una técnica quirúrgica segura y eficaz. Existen numerosas técnicas de reducción para lograr una alineación anatómica de la fractura y el cirujano tratante debe estar familiarizado con estas maniobras. Las técnicas de reducción abierta deben considerarse si la alineación anatómica de la fractura no puede lograrse por medios cerrados. Se pueden conseguir tasas de unión favorables superiores al 90% tanto con clavos intramedulares fresados como sin fresar. A pesar de las tasas de unión favorables, los pacientes siguen presentando deficiencias funcionales a largo plazo. En particular, el dolor en la parte anterior de la rodilla sigue siendo una queja común tras el enclavado intramedular de la tibia. La malrotación sigue siendo una complicación frecuente tras el enclavado tibial. El efecto de la malalineación tibial postoperatoria en el resultado clínico y radiográfico requiere más investigación.
caminar después de clavar un clavo
La tibia, o espinilla, es el hueso más grande de la parte inferior de la pierna. A su lado, más hacia el exterior de la pierna, está el peroné. La tibia forma parte de la articulación de la rodilla. Los extremos de la tibia y el peroné forman parte de la articulación del tobillo.
Diferentes tipos de lesiones pueden dañar la tibia o el peroné, haciendo que se rompan en uno o más pedazos. Esto puede ocurrir en la parte del hueso cercana a la rodilla, en la parte media y larga del hueso, o en el hueso cercano a la parte del tobillo. (Una fractura en este caso puede denominarse «fractura de tobillo»). Puede que sólo se rompa uno de estos huesos o que se fracturen ambos. En ciertos tipos de fracturas, el hueso se rompe, pero sus piezas siguen alineadas correctamente. En otros tipos de fracturas, la lesión desplaza los fragmentos del hueso fuera de la alineación.
Si se fractura la tibia o el peroné, es posible que necesite una ORIF para devolver los huesos a su sitio y ayudarlos a curarse. Durante una «reducción abierta», los cirujanos ortopédicos vuelven a colocar las piezas óseas durante la cirugía para devolverlas a su alineación correcta. En una «reducción cerrada», un profesional sanitario vuelve a colocar físicamente los huesos en su sitio sin exponerlos quirúrgicamente.
tiempo de recuperación del clavo intramedular de tibia
Ya sea por el borde de una silla o por el infame patinete, todos somos demasiado conscientes del dolor que provoca un golpe directo en la tibia. Afortunadamente, estos impactos rara vez tienen la fuerza suficiente para causar una lesión aún más dolorosa: una fractura de tibia.
«La tibia es el hueso largo que más se fractura en el cuerpo humano», explica el doctor Kwadwo Owusu-Akyaw, especialista en medicina deportiva. «Al producirse a lo largo del hueso por debajo de la rodilla y por encima del tobillo, la fractura de la tibia suele requerir una fuerza importante. En caso de fractura de la tibia, a menudo se rompe también el peroné».
Las lesiones deportivas, como la entrada deslizante en el fútbol o la caída torpe en el fútbol americano, son colisiones de menor energía que también pueden provocar una fractura de tibia si van acompañadas de una fuerza de torsión.
Su médico comenzará con un examen físico de la pierna para determinar si el hueso está fracturado. La exploración física por sí sola puede diagnosticar algunas fracturas, pero lo más probable es que su médico realice una serie de pruebas de imagen.