Como manejar las emociones en los adolescentes

Hojas de trabajo sobre los sentimientos de los adolescentes

«Las emociones son absolutamente fundamentales para nuestro éxito a largo plazo: nuestro valor, nuestra capacidad de autorregulación, de negociar conflictos y de resolver problemas. Influyen en nuestras relaciones y en nuestra capacidad para ser eficaces en nuestros trabajos», afirma David, autor del libro «Emotional Agility» e instructor de la Harvard Medical School. «Los niños que se conviertan en adultos que no sean capaces de navegar por las emociones con eficacia estarán en gran desventaja».

En su libro, David define la agilidad emocional como «ser consciente y aceptar todas tus emociones, incluso aprender de las más difíciles», y ser capaz de «vivir el momento con una lectura clara de las circunstancias presentes, responder adecuadamente y luego actuar en alineación con tus valores más profundos.» Dice que las emociones son datos, no direcciones. Entender esa distinción puede equipar a los adolescentes para que tomen decisiones sanas que estén en consonancia con sus valores.

David dijo que ella explicaría el concepto a un adolescente de esta manera: «La agilidad emocional es la capacidad de no tener miedo a las emociones, sino de ser capaz de aprender de ellas y utilizarlas para todas las cosas que quieres hacer y ser en el mundo».  Para responder con agilidad a las situaciones desafiantes o novedosas, los adolescentes necesitan reforzar su alfabetización emocional. David recomienda ayudarles a entender estos conceptos clave sobre las emociones.

Lista de emociones adolescentes

Es viernes por la tarde, última hora. El viaje de fin de semana que habías planeado con un amigo comienza en exactamente 4 horas. Has estado poniéndote al día con los estudios y las tareas durante toda la semana para poder disfrutar del tiempo fuera. Y ahora el profesor anuncia un examen el lunes.

Te dan ganas de saltar y gritarle al profesor: «¡No es justo! Algunos tenemos planes para el fin de semana». Pero sabes que debes mantener la calma hasta que termine la clase, y luego compartir tus sentimientos con tu amigo.

Las personas que gestionan bien sus emociones saben que es saludable expresar sus sentimientos, pero que importa cómo (y cuándo) los expresan. Por ello, son capaces de reaccionar ante las situaciones de forma productiva:

Es probable que hayas estado en una situación en la que alguien reaccionó de forma demasiado emocional, haciendo que te encogieras o te sintieras avergonzado por la persona. También es posible que hayas estado en una situación en la que tus propias emociones fueron tan fuertes que te costó todo el autocontrol para no ir por ese camino.

Tal vez puedas pensar en una ocasión en la que no controlaste tu reacción. Tal vez la ansiedad, la ira o la frustración se apoderaron de ti. Cuando ocurra, perdónate y concéntrate en lo que podrías haber hecho mejor. Piensa en lo que podrías hacer la próxima vez.

Psicología de las emociones en la adolescencia

Son muchos los cambios y las vulnerabilidades que afectan a los adolescentes en esta etapa de la vida. El paso de la escuela primaria a la secundaria, las condiciones socioeconómicas desfavorables y los atributos personales pueden favorecer conductas de riesgo que a menudo conducen al fracaso escolar. Los factores de riesgo entendidos como influencias individuales, escolares, de los compañeros, de la familia y de la comunidad podrían aumentar la probabilidad de que un niño experimente, mantenga o exacerbe, tanto problemas sociales como mentales (Shumow et al., 1999; Jenson y Fraser, 2005). Según Kurian (2012), la baja condición socioeconómica influyó en el crecimiento y desarrollo psicológico de los adolescentes. El hecho de que algunos adolescentes superen estos factores de riesgo y triunfen en el contexto académico y social depende del desarrollo de su resiliencia (Wang et al., 1995; Waxman et al., 2003).

La definición de la resiliencia ha sido controvertida, y todavía no hay suficiente consenso respecto a una descripción unificada del constructo (véase Afifi y MacMillan, 2011; Lee et al., 2013). Según Lee et al. (2013), las definiciones de resiliencia pueden agruparse en dos perspectivas diferentes: la resiliencia como rasgo frente a la resiliencia como proceso de desarrollo.

Como adolescente, ¿cómo vas a expresar mejor tus emociones positivas?

¿Te encuentras alguna vez muy irritable sin motivo alguno? ¿O te sientes repentinamente deprimido sin saber por qué? Pasar de la tristeza al enfado y a la alegría en cuestión de minutos puede hacer que muchos adolescentes sientan que se les va la pinza. Pero, ¿por qué la sensación de estar en una montaña rusa emocional es tan común entre los adolescentes?

Parte de la respuesta es que hay que enfrentarse a cambios y presiones constantes. Tal vez estés empezando un nuevo colegio y no puedas ver tanto a tus antiguos amigos. Sacar buenas notas o querer ser mejor en los deportes u otras actividades puede ser una preocupación para muchos adolescentes. Puede parecer que no hay tiempo suficiente para hacer todo.

Ser adolescente significa luchar con la identidad y la imagen propia. Ser aceptado por los amigos se siente extremadamente importante.  Los adolescentes también pueden notar, por primera vez, una sensación de distanciamiento de los padres y la familia. Puede sentir que quiere estar solo y tomar sus propias decisiones, pero también puede parecer abrumador e incluso un poco solitario a veces.

Por muy divertida y emocionante que sea esta época, también puede ser un momento de confusión y conflicto. Los adolescentes -y sus familias- pueden tardar un tiempo en sentirse cómodos con la transición de la infancia a la edad adulta.