Lobo de crin porque esta en peligro de extincion

¿qué come el lobo de crin?

El lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) es un cánido de gran tamaño de Sudamérica[4]. Sus marcas se parecen a las de los zorros, pero no es ni un zorro ni un lobo. Es la única especie del género Chrysocyon (que significa «perro dorado»).

Es el canino más grande de Sudamérica, con un peso de 20-30 kg (44-66 lb) y hasta 90 cm (35 in) a la cruz. Sus largas y finas patas y su denso pelaje rojizo le dan un aspecto inconfundible. El lobo de crin es un animal crepuscular y omnívoro adaptado a los ambientes abiertos de la sabana sudamericana, con un importante papel en la dispersión de semillas de frutos, especialmente la manzana de lobo (Solanum lycocarpum). El lobo de crin es un animal solitario. Se comunica principalmente por medio de marcas de olor, pero también emite un fuerte llamado conocido como «rugido-ladrido».

Este mamífero vive en hábitats abiertos y semi-abiertos, especialmente en pastizales con arbustos y árboles dispersos, en el Cerrado del sur, centro-oeste y sureste de Brasil; Paraguay; norte de Argentina; y Bolivia al este y norte de los Andes,[5] y el extremo sureste de Perú (sólo Pampas del Heath). [La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica como casi amenazado,[2] mientras que el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables lo considera una especie vulnerable. En 2011, una hembra de lobo de crin, atropellada por un camión, fue sometida a un tratamiento con células madre en el Zoológico de Brasilia, siendo este el primer caso registrado de uso de células madre para curar lesiones en un animal salvaje[7].

vida del lobo de crin

El lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) es un cánido de gran tamaño de Sudamérica[4]. Sus marcas se parecen a las de los zorros, pero no es ni un zorro ni un lobo. Es la única especie del género Chrysocyon (que significa «perro dorado»).

Es el canino más grande de Sudamérica, con un peso de 20-30 kg (44-66 lb) y hasta 90 cm (35 in) a la cruz. Sus largas y finas patas y su denso pelaje rojizo le dan un aspecto inconfundible. El lobo de crin es un animal crepuscular y omnívoro adaptado a los ambientes abiertos de la sabana sudamericana, con un importante papel en la dispersión de semillas de frutos, especialmente la manzana de lobo (Solanum lycocarpum). El lobo de crin es un animal solitario. Se comunica principalmente por medio de marcas de olor, pero también emite un fuerte llamado conocido como «rugido-ladrido».

Este mamífero vive en hábitats abiertos y semi-abiertos, especialmente en pastizales con arbustos y árboles dispersos, en el Cerrado del sur, centro-oeste y sureste de Brasil; Paraguay; norte de Argentina; y Bolivia al este y norte de los Andes,[5] y el extremo sureste de Perú (sólo Pampas del Heath). [La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica como casi amenazado,[2] mientras que el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables lo considera una especie vulnerable. En 2011, una hembra de lobo de crin, atropellada por un camión, fue sometida a un tratamiento con células madre en el Zoológico de Brasilia, siendo este el primer caso registrado de uso de células madre para curar lesiones en un animal salvaje[7].

datos curiosos del lobo de crin

El lobo de crin (Chrysocyon brachyurus) es un cánido de gran tamaño de Sudamérica[4]. Sus marcas se parecen a las de los zorros, pero no es ni un zorro ni un lobo. Es la única especie del género Chrysocyon (que significa «perro dorado»).

Es el canino más grande de Sudamérica, con un peso de 20-30 kg (44-66 lb) y hasta 90 cm (35 in) a la cruz. Sus largas y finas patas y su denso pelaje rojizo le dan un aspecto inconfundible. El lobo de crin es un animal crepuscular y omnívoro adaptado a los ambientes abiertos de la sabana sudamericana, con un importante papel en la dispersión de semillas de frutos, especialmente la manzana de lobo (Solanum lycocarpum). El lobo de crin es un animal solitario. Se comunica principalmente por medio de marcas de olor, pero también emite un fuerte llamado conocido como «rugido-ladrido».

Este mamífero vive en hábitats abiertos y semi-abiertos, especialmente en pastizales con arbustos y árboles dispersos, en el Cerrado del sur, centro-oeste y sureste de Brasil; Paraguay; norte de Argentina; y Bolivia al este y norte de los Andes,[5] y el extremo sureste de Perú (sólo Pampas del Heath). [La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica como casi amenazado,[2] mientras que el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables lo considera una especie vulnerable. En 2011, una hembra de lobo de crin, atropellada por un camión, fue sometida a un tratamiento con células madre en el Zoológico de Brasilia, siendo este el primer caso registrado de uso de células madre para curar lesiones en un animal salvaje[7].

aspecto del lobo de crin

Debido a la rápida destrucción de su hábitat, el lobo de crin en Bolivia se enfrenta a la extinción. Para proteger esta especie en peligro de extinción, World Land Trust-US está buscando fondos para comprar el rancho Santa Anita, de 15.711 acres, por 29 dólares el acre. La compra duplicará con creces el tamaño de la Reserva Natural Barba Azul, de 11.555 acres, y ayudará a garantizar el futuro del lobo de crin en Bolivia.  Compre un acre ahora.

En los reductos de naturaleza que quedan en la sabana del Beni, la llegada de la noche sigue siendo recibida por una serie de rugidos sorprendentes que recorren las solitarias e inalteradas extensiones de esta otrora inmensa pradera. Para los lugareños, es la señal inequívoca de que el lobo de crin ha comenzado su actividad nocturna. A pesar de su formidable rugido, el lobo de crin ya no recorre la sabana de Beni sin ser molestado. En cambio, este animal solitario, que depende de espacios amplios e ininterrumpidos, se está quedando rápidamente sin hogar.

Impulsada por la demanda internacional de pastos y tierras de cultivo baratas, la presión para convertir la antigua sabana de Beni en pastos para el ganado y campos de soja sigue aumentando y su efecto sobre el lobo de crin ha sido desastroso. Esta rara especie lucha ahora por su supervivencia en Bolivia, donde quedan menos de mil ejemplares en libertad.