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Quien decidio enterrar a franco en el valle de los caidos
Francisco francoantiguo caudillo de españa
Después de tres días de luto nacional, el dictador español Francisco Franco fue enterrado en una gran cripta en el Valle de los Caídos, un mausoleo estatal en las afueras de Madrid, en 1975. El lugar de sus restos se convirtió en un lugar de peregrinación y glorificación fascista durante los siguientes 44 años.
Pero ahora esos restos han sido exhumados y trasladados a un cementerio público cerca de Madrid. Su nuevo lugar de descanso, donde la esposa de Franco fue enterrada en 1988, está muy lejos de lo que el propio dictador describió como «un grandioso templo para nuestros muertos, en el que, durante siglos, se rezará por las almas de los caídos por Dios y por la Patria».
Construido tras el final de la Guerra Civil española por hasta 20.000 presos políticos en la sierra de Guadarrama, el Valle de los Caídos tardó 18 años en completarse, y se asienta dramáticamente bajo la sombra de una cruz cristiana de 152 metros.
En el interior de la basílica descansan los restos de los caídos durante la guerra civil, de ambos bandos. Con 33.847 personas enterradas allí, transportadas desde todo el país entre 1959 y 1983, es una de las mayores fosas comunes del mundo, con más de 12.400 cadáveres aún sin identificar.
Qué representa el valle de los caídos
El monumento, considerado un hito de la arquitectura española del siglo XX, fue diseñado por Pedro Muguruza y Diego Méndez a escala para igualar, según Franco, «la grandeza de los monumentos de antaño, que desafían el tiempo y la memoria». Junto con la Universidad Laboral de Gijón, es el ejemplo más destacado del original estilo neoherreriano español, que pretendía formar parte de un renacimiento de la arquitectura de Juan de Herrera, ejemplificado en la cercana residencia real de El Escorial. Esta arquitectura singularmente española se utilizó ampliamente en los edificios públicos de la España de posguerra y tiene sus raíces en el clasicismo fascista internacional, ejemplificado por Albert Speer o la Esposizione Universale Roma de Mussolini.
El recinto del monumento abarca más de 13,6 km2 de bosque mediterráneo y peñascos de granito en la Sierra de Guadarrama, a más de 910 m sobre el nivel del mar, e incluye una basílica, una abadía benedictina, una casa de huéspedes, el Valle y los Juanelos, cuatro monolitos cilíndricos que datan del siglo XVI. El elemento más destacado del monumento es la imponente cruz cristiana de 150 metros de altura, la más alta del mundo, erigida sobre un afloramiento de granito a 150 metros sobre la explanada de la basílica y visible desde más de 32 km. Las obras se iniciaron en 1940 y tardaron más de dieciocho años en completarse; el monumento se inauguró oficialmente el 1 de abril de 1959. Según el libro oficial, el coste de la construcción ascendió a 1.159 millones de pesetas, financiados mediante sorteos de lotería nacional y donaciones. Algunos de los trabajadores eran presos que cambiaron su trabajo por una reducción de la condena.
Dónde está el valle de los caídos
El monumento, considerado un hito de la arquitectura española del siglo XX, fue diseñado por Pedro Muguruza y Diego Méndez a escala para igualar, según Franco, «la grandeza de los monumentos de antaño, que desafían el tiempo y la memoria». Junto con la Universidad Laboral de Gijón, es el ejemplo más destacado del original estilo neoherreriano español, que pretendía formar parte de un renacimiento de la arquitectura de Juan de Herrera, ejemplificado en la cercana residencia real de El Escorial. Esta arquitectura singularmente española se utilizó ampliamente en los edificios públicos de la España de posguerra y tiene sus raíces en el clasicismo fascista internacional, ejemplificado por Albert Speer o la Esposizione Universale Roma de Mussolini.
El recinto del monumento abarca más de 13,6 km2 de bosque mediterráneo y peñascos de granito en la Sierra de Guadarrama, a más de 910 m sobre el nivel del mar, e incluye una basílica, una abadía benedictina, una casa de huéspedes, el Valle y los Juanelos, cuatro monolitos cilíndricos que datan del siglo XVI. El elemento más destacado del monumento es la imponente cruz cristiana de 150 metros de altura, la más alta del mundo, erigida sobre un afloramiento de granito a 150 metros sobre la explanada de la basílica y visible desde más de 32 km. Las obras se iniciaron en 1940 y tardaron más de dieciocho años en completarse; el monumento se inauguró oficialmente el 1 de abril de 1959. Según el libro oficial, el coste de la construcción ascendió a 1.159 millones de pesetas, financiados mediante sorteos de lotería nacional y donaciones. Algunos de los trabajadores eran presos que cambiaron su trabajo por una reducción de la condena.
Interior del valle de los caídos
El monumento, considerado un hito de la arquitectura española del siglo XX, fue diseñado por Pedro Muguruza y Diego Méndez a escala para igualar, según Franco, «la grandeza de los monumentos de antaño, que desafían el tiempo y la memoria». Junto con la Universidad Laboral de Gijón, es el ejemplo más destacado del original estilo neoherreriano español, que pretendía formar parte de un renacimiento de la arquitectura de Juan de Herrera, ejemplificado en la cercana residencia real de El Escorial. Esta arquitectura singularmente española se utilizó ampliamente en los edificios públicos de la España de posguerra y tiene sus raíces en el clasicismo fascista internacional, ejemplificado por Albert Speer o la Esposizione Universale Roma de Mussolini.
El recinto del monumento abarca más de 13,6 km2 de bosque mediterráneo y peñascos de granito en la Sierra de Guadarrama, a más de 910 m sobre el nivel del mar, e incluye una basílica, una abadía benedictina, una casa de huéspedes, el Valle y los Juanelos, cuatro monolitos cilíndricos que datan del siglo XVI. El elemento más destacado del monumento es la imponente cruz cristiana de 150 metros de altura, la más alta del mundo, erigida sobre un afloramiento de granito a 150 metros sobre la explanada de la basílica y visible desde más de 32 km. Las obras se iniciaron en 1940 y tardaron más de dieciocho años en completarse; el monumento se inauguró oficialmente el 1 de abril de 1959. Según el libro oficial, el coste de la construcción ascendió a 1.159 millones de pesetas, financiados mediante sorteos de lotería nacional y donaciones. Algunos de los trabajadores eran presos que cambiaron su trabajo por una reducción de la condena.