Política europea de vecindad

Política europea de vecindad 2021

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Política Europea de Vecindad (PEV):      Estados miembros de la UE Agenda de ampliación de la UE Países de la PEV de la Asociación Oriental Otros países de la PEV (todos menos Libia son miembros de la UPM) Estados miembros de la UPM que no son ni países de la PEV, ni miembros de la UE, ni participantes en su agenda de ampliación

La Política Europea de Vecindad (PEV) es un instrumento de relaciones exteriores de la Unión Europea (UE) que pretende vincular a la Unión a los países situados al este y al sur del territorio europeo de la UE. Entre estos países, principalmente países en desarrollo, se encuentran algunos que aspiran a convertirse algún día en un Estado miembro de la Unión Europea o a integrarse más estrechamente en ella. La PEV no se aplica a los vecinos de las regiones ultraperiféricas de la UE, concretamente a los territorios de Francia en Sudamérica, sino sólo a los países cercanos a los territorios de los Estados miembros de la UE en la Europa continental.

La UE suele celebrar Acuerdos de Asociación a cambio de compromisos de reforma política, económica, comercial o de derechos humanos en un país. A cambio, se puede ofrecer al país un acceso libre de aranceles a algunos o todos los mercados de la UE (sobre todo a los productos industriales o agrícolas) y asistencia financiera o técnica.

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La Política Europea de Vecindad (PEV) se puso en marcha en respuesta a la ampliación de la UE en 2004, que desplazó las fronteras exteriores de la Unión hacia el este y el sur, y con ello también cambió la propia noción de la UE sobre los países vecinos y las fronteras exteriores. Mientras que la mayoría de los anteriores vecinos directos de la UE habían tenido una perspectiva de adhesión a la UE a corto plazo y acabaron accediendo, los nuevos vecinos eran mucho más diversos y tenían diferentes aspiraciones para el futuro.

La PEV ocupa una posición especial en el contexto de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la Unión Europea. Su objetivo es profundizar en las relaciones políticas y económicas existentes y ayudar a los países en crisis en sus esfuerzos por fomentar la estabilidad y responder a los actuales retos económicos, sociales y de seguridad. En este sentido, valores como la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos constituyen la base del compromiso de la UE.

La Política Europea de Vecindad está gestionada conjuntamente por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) y la Dirección General de Negociaciones de Vecindad y Ampliación (NEAR) de la Comisión Europea. Las delegaciones de la UE (es decir, el equivalente a las embajadas de la UE) en los países vecinos también desempeñan un papel fundamental en la PEV.

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Varias razones obligaron a la UE a adoptar la PEV en 2004. En primer lugar, el colapso del Proceso de Paz en Oriente Medio condujo a la nueva Intifada y al empeoramiento de las relaciones entre israelíes, palestinos y árabes. Esta evolución, junto con los atentados del 11 de septiembre, que condujeron en primer lugar a la decisión de la Administración de George W. Bush de declarar la «Guerra contra el Terrorismo» y a la posterior intervención militar de Estados Unidos (EE.UU.) en Afganistán (2001) e Irak (2003), cambió el entorno geoestratégico en la vecindad de la UE. En segundo lugar, a raíz de la ampliación de la UE en 2004, las fronteras exteriores de la Unión cambiaron y, en consecuencia, surgieron nuevos retos de seguridad en el «extranjero cercano» de la UE. En tercer lugar, los resultados de la Asociación Euromediterránea (AEM) introducida en 1995 fueron decepcionantes. En concreto, la vacilante Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la UE, junto con los puntos de vista y las prioridades contradictorias de los Estados miembros de la UE, tuvieron un impacto negativo en las cuestiones relacionadas con la seguridad en la región de Oriente Medio y Norte de África. Además, la contribución de la AEM al diálogo intercultural no impidió el importante aumento de la islamofobia en Europa, mientras que los esfuerzos por fomentar las reformas políticas y económicas en los países de Oriente Medio y Norte de África no dieron los resultados esperados.